Ellas son capaces de trabajar en casa y fuera de ella, pelear con dureza en su vida laboral, tener tiempo para ellas y para todos los demás, llegar a los sitios con una gran sonrisa aunque estén profundamente agotadas o lidiar con sentimientos encontrados. Y es que ser madre, no siempre es tarea fácil.
Por eso, aunque en el calendario solo haya un día de la madre, creo que todos los días deberían ser homenajeadas.
Para cada una de nosotras, nuestra madre es la mejor de todas. La mujer más importante de nuestra vida, una estrella que brilla y nos ilumina en los días grises y en los no tan grises con sus consejos, con su amor o simplemente con su compañía. Pero no siempre se lo demostramos, por eso, hoy es el día perfecto para decirles lo importantes que son y reconocerles todo el esfuerzo que hacen.
Hoy es mi tercer “día de la madre”.
Desde que nació mi hijo valoro profundamente todos los esfuerzos que ha hecho la mía, imagino que a vosotras os pasará lo mismo. Y no solo cuando era pequeña, que no fueron pocos (educarme, sufrir las rabietas típicas de la niñez, calmarme los días que tenía fiebre, ayudarme a estudiar, sufrir la adolescencia con la típica frase “ya soy mayor” o las noches en vela hasta que llegaba a casa), también ahora que estoy casada y tengo un hijo, porque por muy cansada que ella esté, si la necesito, siempre me brinda su ayuda. Una madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida, que llora nuestras penas pero también por nuestras alegrías.
Y ese es el camino que elegí cuando nació mi principito: Ser mamá, la reina de mi casa; y aunque a veces no es fácil, tener a mi pequeño angelito es lo más bonito que me ha podido pasar en esta vida.
“te quiero hasta el infinito, más allá y volver”
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